
Se cumplen ahora todos los requisitos para la gran revolución social: hemos tocado fondo, y esas supraentidades han levantado levemente el pie de nuestros pescuezos, al ver que iban a ahogar a la gallina de los huevos de oro, con promesas de cambio, con la intención de que nuestra realidad se ajuste mejor a la que ellos han pergeñado sin que percibamos el engaño. Pero no nos engañemos. El mundo en el que vivimos no es el mismo en el que vivían los Danton y Robespierre de la Revolución Francesa o los Lenin de la Revolución contra los zares. Estamos mejor comunicados que nunca, esto es cierto, pero también lo están los gobiernos, que no van a permitir los levantamientos en contra del Orden establecido por ellos, en nombre de esa “Paz Mundial”, que más parece el título de una película de Hollywood que una realidad. Hay algo que está por encima de esa paz, algo sin la cual la paz se convierte en una falacia. Esto es, la justicia. Pero la justicia no cotiza en bolsa.
Jaume Carreras
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