domingo, 29 de mayo de 2011

MARKETING DE ESTADO: SOBRE EL DESPERTAR CIUDADANO Y LA REPRESIÓN EN BARCELONA

No es el pueblo el que debe ser vigilado, sino el Estado. Ningún ser humano tiene derecho a someter, subyugar ni controlar a ningún otro. Esas prácticas presuponen la ignorancia o sentido de culpa de quien es sometido. Se les suele atribuir a los que detentan el poder cualidades divinas o sabiduría absoluta.
 No son dioses ni sabios, son personas que saben cómo hacer creer a los ciudadanos que son dioses o sabios. Y lo hace  mediante unas elaboradas técnicas de marketing  que pueden llegar a  legitimar incluso hasta el racismo, la xenofobia, el sexismo o la represión violenta, como está sucediendo estos días en la Plaça de Catalunya de Barcelona. Saldrán airosos, como siempre, porque escribirán un guión efectista que dividirá a la población en dos bandos enfrentados justo en el momento en el que se iban a unir para combatir las injusticias de un Estado que tiende –siempre lo hace-  al absolutismo. Y en esa sociedad dividida encontrará como siempre su alimento y sostén.  ¡En manos de quién estamos! No queremos que el futuro dependa de las fluctuaciones de la bolsa.
No somos ovejas. No somos masa. No somos votantes. No somos de derechas o de izquierdas. No somos ricos ni pobres, ni de tal a cual clase. No somos de aquí ni de allí. Somos seres humanos primero, y después lo que cada uno quiera ser. La tierra es nuestro hogar y plantaremos nuestras semillas  donde queramos. Ningún político tiene nuestro consentimiento a dar su consentimiento sobre nuestras acciones.
Las elecciones no deberían ser un concurso de televisión, aunque tenga una pegadiza sintonía musical, una cuidada escenografía a juego con los colores de moda y un presentador o presentadora divertido o locuaz. Nosotros lo sabemos.  Basta de mercadear con nuestras emociones.  Ya es hora de que los políticos sepan que lo sabemos.  El marketing es la lacra de nuestra sociedad, porque debajo de ello no hay nada, pero nos engulle a todos.
Jaume Carreras

jueves, 26 de mayo de 2011

VINDICACIÓN DE FEDERICO GARCÍA LORCA

Un día sus destinos de cruzaron. El de Lorca y el de su tierra.  Fue tan solo un instante,  unos años para él, unos segundos para ella. Pero ambos se enamoraron al coincidir el cuerpo del hombre y la sombra dibujada en la hacienda. Lorca decidió cantar su genio, y ella le dio voz para su épica. No la decepcionó. Se erigió en poeta de sus ancestros, de los pobladores de la Iberia vieja, proyectando un canto hondo con sus voces rotas. ¡Canta hondo Lorca, hasta el mismo vientre de la tierra!, para que expulse con su lava las cenizas de las miserias.  !Purga la tierra con tus coplas!, gritaron. Y en un ara puso a su amada pero sangrientas fueron sus bodas. Mocedades terminadas antes de germinar el poema.

Desde lejos te lloramos para que con nuestros quejíos puedas, donde estés, terminar el poema.
Jaume Carreras